La ola de inmigrantes latinos que llegan a España, está causando una gran transformación en el país. El número de evangélicos está creciendo, mientras que el número de católicos disminuye.
En 1996, cuando Kent Albright, un misionero bautista de los Estados Unidos, llegó a España, la realidad era bien distinta. El pastor enfrentó la
hostilidad hacia la fe evangélica e incluso
la persecución de la mayoría católica. Kent recibió insultos, amenazas y multas por parte de la policía por distribuir folletos de evangelización en las calles de Salamanca.
“La animosidad social fue grande. Ellos nunca habían visto a un protestante en su vida", dijo el misionero a Religion News Service, recordando a una mujer que susurró: "Agradece que no te tire piedras".
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