Una tormenta de arena proveniente del desierto del Sahara tiñó de naranja el cielo del sur de Atenas, Grecia, reduciendo considerablemente la visibilidad en la zona.

Esta poderosa tormenta afectó a toda la región del Mediterráneo Oriental, con impacto especial en Grecia, según información recopilada por el satélite Aqua de la NASA el pasado martes.

La presencia de gran cantidad de polvo desértico en la atmósfera causó que el cielo se tornara rojo y empeorara la calidad del aire en la zona.

Además del polvo, se experimentaron temperaturas extremadamente altas, especialmente en el sur de Grecia y en la isla de Creta. El Observatorio Nacional de Atenas señaló que esta es una de las situaciones más graves debido a la concentración de polvo y arena desde marzo de 2018.

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