Pedimos a los cristianos iraquíes que escribieran sobre sus vidas cotidianas bajo la persecución. Esta es la historia de la poeta y profesora Yasmeen* (25) que tuvo que renunciar a su sueño y a su hogar debido a la persecución.

Es difícil vivir el día a día como cristiana en Irak. No es una vida normal. A veces no puedo sentir si estoy viviendo o muriendo. Mi nombre es Yasmeen y esta es mi historia.

Solía tener muchos sueños y deseos. Fui la mejor de mi clase cuando me gradué en el instituto para la formación de profesorado en Mosul. Esto quiere decir que tenía la oportunidad de continuar con mis estudios en un nivel superior. Pero mis padres no me lo permitieron. Temían que fuera secuestrada o asesinada, como le había ocurrido anteriormente a otros estudiantes cristianos en Mosul.

Tuve que abandonar ese sueño con el corazón resentido y el alma herida. En aquel momento comencé a escribir poemas. Los poemas trataban sobre la pérdida y la tristeza por lo que había perdido. Escribo desde el fondo de mi corazón soñador. Compartiré una parte de uno de los poemas que escribí en aquel tiempo:

No More Smiles  (Inglés)

Can you fly if your dream has gone

Can you laugh with a heart turned into a stone

No more smiles no more tears

No more sun but only rain of fears

Now I know my only dream has gone

Please let me walk and run

Like a bird singing a song

In a cage trying to be strong

Oh pain is it you once again

Oh pain oh pain.

No más sonrisas  (traducción en español)

¿Puedes volar si tu sueño se ha ido?

¿Puedes reír con un corazón convertido en piedra?

No más sonrisas, no más lágrimas

No más sol, tan solo lluvia de temores

Ahora sé que mi único sueño se ha desvanecido

Por favor, déjame caminar y correr

Como un pájaro cantando una canción

En una jaula tratando de ser fuerte

Oh dolor, eres tú otra vez

Oh dolor, oh dolor

Aún estoy triste porque no tuve la oportunidad de seguir mi sueño. Ahora estoy casada y embarazada. Estoy esperando la llegada de mi bebé y que él ilumine mi vida. Ayer me preguntaba qué le podría dar a mi hijo, si yo no cumplí mis sueños.

Hace dos años fuimos desplazados. Durante el viaje aprendí que Dios tiene un motivo para todo. Si no hubiera sido desplazada, no hubiera conocido a mi esposo, sin el que ahora no podría vivir. Aprendí que la familia es lo más importante en la vida. Es donde te sientes seguro cuando el mundo se desmorona.

He visto demasiado dolor y pérdida. Al ser cristiana tuve que enfrentarme cada día a la muerte de demasiadas maneras. Pero aún tengo fe en mi corazón y para mí eso es suficiente para comenzar de nuevo. Lucharé por mis sueños hasta que vea el rayo de esperanza brillar en mi cara. Parece imposible humanamente hablando, pero confío en Dios.




icamccn

Noticia Anterior

VIII Encuentro de Oración por la Iglesia Perseguida 12 de noviembre - 18:30

Noticia Siguiente

24HS EN VIVO TU RADIOCANAL