Los cristianos evangélicos del norte de Italia han decidido buscar la solución para el cierre de sus locales de culto por parte de autoridades locales. En los últimos tres años fueron cerrados veintisiete locales de culto en la Región de Lombardia, lo cual afectó a unas cuarenta comunidades, ya que en ocasiones en un mismo local funcionan dos o tres iglesias. El motivo para tomar esta drástica medida es la falta de habilitación como lugares de culto. “No existe un mercado inmobiliario de lugares de culto, es decir con destinación de uso adecuada, tal como exige la ley. Algunas comunidades que se quedaron sin local se reúnen en casas de familia, pero muchas directamente han desaparecido”, comentó a Protestante Digital Daniel Magnin, pastor de la iglesia Un Nuovo Giorno, en Monza.
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